Apreciar al pobre


Actualmente se insiste mucho en construir una “cultura de buen trato”, por ejemplo, en educación y en todas las relaciones humanas. Realizar el buen trato para con los pobres, a mí personalmente no resulta fácil. Estoy hablando de los pobres que andan por las calles. No soy un tipo espontáneo y ellos nos suelen aparecer de forma sorpresiva; en seguida piden algo, hay que ver cómo reaccionar cuando quieren limpiar el parabrisas, ofrecen algo para la venta o mendigan una moneda. A veces reacciono a ellos como en una situación de amenaza – levanto la voz, pongo cara severa, me muestro indiferente.

Después, soy cristiano y me siento cuestionado. Entre mis preferidas citas bíblicas están 1 Corintios 4,7: "¿Qué tienes que no hayas recibido?" – todo lo que me hace no tan pobre lo he recibido gratuitamente – y también Mateo 20,16: "Los últimos serán primeros, y los primeros últimos" – así que más tarde ellos podrán ser primeros y yo último. Y además me cuestiona toda la manera de actuar que observamos en Jesús, siempre rodeado de pobres – y  sabemos que él refleja la mente del mismo Dios.

¿Qué puedo hacer? Una salida sería relacionarme con algún pobre de persona a persona superando esta situación de supuesta amenaza. Tengo que ir al encuentro de los pobres y no esperar que me sorprendan en alguna esquina. Sé que lo haré con prudencia y que las eventuales limosnas deberán primero sudar un poco en mi mano. El pobre y yo debemos mirarnos la cara, llegar a una conversación, incluso llegar a apreciarnos. Hay grupos de cristianos que ya han caminado largo trecho con los pobres, ellos me podrán guiar.

Homilía en mis bodas de oro sacerdotales

 

Homilía en mis bodas de oro sacerdotales

 Queridos hermanos y hermanas:


Querido P. Torsten Roland, párroco, y su vicario P Markus Henke, queridos P. Provincial Félix Rehbock y P Miguel Fritz - Administrador del Vicariato Apostólico de Pilcomayo en Paraguay; y saludo también a los demás sacerdotes, religiosos y hermanos en la fe;
Queridos amigos y parientes, queridos miembros de mi familia religiosa, los Oblatos de María Inmaculada, queridos fieles de la parroquia de la Santa Cruz en la zona pastoral de Gütersloh, querida gente del barrio Spexard:

El aniversario

Me llena de gran alegría la presencia de todos ustedes en esta solemne Misa. Nos hemos reunido para dar gracias a Dios con motivo de mi jubileo de oro como sacerdote.

  • Hace 50 años, en 1974, el 20 de julio cayó en sábado como hoy. El nuevo templo acababa de ser terminado, construido por los fieles de San Conrado de Parzham bajo la dirección de su pastor P Josef Davits.
  • Mons. Erwin Hecht, quien fue el obispo ordenante, también era bastante "nuevo", había sido nombrado obispo de Kimberley en Sudáfrica hacía pocos días. Era un oblato procedente de la región de Suabia. Inmediatamente causó una buena impresión en Spexard, lo llamaron un obispo "que se podía tocar con la mano".
  • Vivimos un hermoso día festivo en la parroquia, con mis padres, familiares, amigos y los hermanos de mi congregación.
  • Mi ordenación sacerdotal y la primera misa del domingo después, significaron también el adiós a mi patria: ya en septiembre debía partir rumbo a Paraguay, en América del Sur, para la misión. Les agradezco a todos por su interés y todo el apoyo que siempre he recibido como misionero salido de Spexard.

¿Qué sucede en una ordenación sacerdotal?

¿Qué sucede en una ordenación sacerdotal, en medio del ambiente festivo externo? Cincuenta años después, todavía me pregunto: ¿Qué estaba sucediendo realmente en mi persona?

Un sacramento

Carecemos de las palabras adecuadas para describir las cosas espirituales como son. Por ejemplo, todavía no hemos encontrado sínómos satisfactorios para la palabra sacramento.

  • Significa algo así como signo eficaz, como los iconos de la tradición oriental: un icono de Nuestra Señora es una imagen, pero detrás de la imagen se venera a Nuestra Señora misma y se acerca a nosotros. Incluso se podría comparar un sacramento con un icono digital: cuando lo tocas, se mueve y algo sucede.
  • En el sacramento de la Eucaristía, esta eficacia del signo se ve así: cuando se consagran pan y vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo, y nosotros mismos nos transformamos en parte del cuerpo de Cristo.
  • O en el sacramento del matrimonio: allí el hombre y la mujer entran en una unión fecunda entre sí y al mismo tiempo con el Dios del amor sin límites, y su matrimonio es un signo poderoso para los demás.

El sacramento del Orden

En el sacramento del Orden, el sacerdote en persona se convierte en un signo sagrado, un icono de Cristo. Cuando un sacerdote celebra la Misa, Cristo mismo preside la Eucaristía a través de él. Y en todos los sacramentos que administra, las cosas y las personas se convierten en signos santos, iconos de Dios.

  • En Paraguay, al sacerdote se le llama "Pa'í", que significa "pequeña imagen de Dios".

Este misterio se aborda en la primera lectura de este modo: Habla Pablo y dice para el Cuerpo de Cristo, la Iglesia, completo en mi vida terrena lo que aún falta en los sufrimientos de Cristo. Sirvo a la Iglesia a través del ministerio que Dios me ha dado, para proclamarles la Palabra de Dios en su plenitud (Col 1,24).
Al Apóstol, a través de su ministerio, está en el lugar de Cristo. Por eso puede completar lo que aún falta en los sufrimientos de Cristo, para que la Iglesia pueda ser aún más sana y fuerte.

Mi vida como sacerdote

Así que después de mi ordenación sacerdotal, fui a Paraguay, donde los sacerdotes y misioneros eran aún más escasos que en Alemania. A día de hoy, esto sigue siendo así: aquí en la arquidiócesis de Paderborn, estadísticamente, un sacerdote tiene que cuidar de 2.000 católicos. En Paraguay son 8000, cuatro veces más. Quería ser misionero en una iglesia hermana y necesitada. Hoy en día, el misionero es en casi siempre alguien que ayuda en una iglesia local ya existente.



Al principio pensé que me quedaría entre ocho y diez años, luego volvería. Pero tal como es la vida, echas raíces, sientes que perteneces, asumes responsabilidades.

  • Así que me quedé allí hasta la fecha, excepto los 18 años en Roma cuando estuve al frente de nuestra Orden en todo el mundo.
  • Tres años después de mi regreso de Roma a Paraguay, me convertí en obispo de Ciudad del Este en Paraguay y fui pastor de esa diócesis hasta febrero.
  • Ahora estoy jubilado. Digo en broma que me gustaría a veces contratar a otro pensionista, porque no puedo hacer todo lo que quería realizar cuando esté en situación de retiro.

Vocación

¿Qué sucede en la ordenación sacerdotal? preguntamos y tratamos de dar una respuesta. Pero una mera explicación bien razonada no es suficiente. Los sacramentos siempre quedarán como misterios.

  • Nuestro Evangelio de hoy habla a un nivel completamente diferente del racional. Lo que Jesús deja claro se aplica a todos los cristianos, pero especialmente a los sacerdotes y obispos.

  • Jesús no le pregunta a Pedro si tiene un buen proyecto para llevar a cabo su tarea o si está bien preparado. La pregunta es: ¿amas a tu Señor y Maestro? ¿Hay amistad entre nosotros?

  • Para mí mismo la vocación que recibí queda en misterio. El camino que elegí me parece tan improbable, casi incomprensible, hasta hoy. Sin embargo, estoy feliz con mi vida.

  • Alguien podría preguntarme: ¿Crees que tomaste la decisión correcta?Respondería que la pregunta debe hacerse en un sentido más amplio, porque también han participado en la decisión otros actores: mis padres, buenos amigos, una o dos personas que rezaban mucho, tantas gentes entusiastas de la misión y, por último, pero no menos importante, Cristo mismo. El evangelio de hoy nos muestra cómo Él suele intervenir.

    La Sierva de Dios Santina Campana escribió una vez: cuando una persona es llamada por Dios, siempre se descubre en el fondo a alguien que se sacrifica. En el caso de Cristo, fue María quien se sacrificó con él. Creo que algo parecido sucedió también en mi caso, pero no quiero dar nombres.

Oremos por las vocaciones sacerdotales y religiosas y ofrezcamos a Dios los sacrificios que son necesarios para que también hoy gente de entre nosotros se ponga completamente a disposición de Dios y de su Iglesia. Oremos por vocaciones incluso de nuestra propia familia.
¿Habrá siempre suficientes sacerdotes? La respuesta no depende únicamente de los candidatos. Los llamados sólo podrán lanzarse si no se sienten solos. Pero de mi experiencia les aseguro que nunca estarán solos.

Amén.


Palabras clave: Iglesia, sacerdocio, misión, vocación, orden sagrado, OMI

Meine Predigt zum goldenen Priesterjubiläum

 Liebe Brüder und Schwestern,

Lieber Pfarrer Torsten Roland, Vikar Markus Henke, P. Provinzial Felix Rehbock, P Miguel Fritz - Administrator des Apostolischen Vikariats Pilcomayo in Paraguay, und die anderen Priester, Ordensleuten und Mitstreiter im Glauben; liebe Freunde und Verwandte, liebe Mitglieder meiner Ordensgemeinschaft, der Hünfelder Oblaten, liebe Mitglieder der Pfarrei Heilig Kreuz im Pastoralen Raum Gütersloh, und liebe Gemeinde Spexard,

Das Jubiläum

Es freut mich sehr, dass Ihr zu dieser feierlichen Messe gekommen seid. Wir haben uns versammelt, um Gott aus Anlass meines Goldenen Priesterjubiläums Dank zu sagen.

  • Der 20. Juli vor 50 Jahren, 1974, fiel wie heute auf einen Samstag. Die neue Kirche war gerade fertig geworden, gebaut von der Bruder Konrad Gemeinde unter Pfarrer Josef Davits.
  • Auch Bischof Erwin Hecht, der die Weihe spendete, war ziemlich "neu", vor Tagen nur zum Bischof von Kimberley in Südafrika ernannt. Er gehörte zu uns Oblaten und stammte aus Schwaben. In Spexard machte er sofort einen guten Eindruck, man nannte ihn einen Bischof "zum Anfassen".
  • Wir erlebten einen schönen, festlichen Tag in der Gemeinde, mit meinen Eltern, Verwandten, Freunden und den Mitbrüdern aus dem Orden.
  • Meine Priesterweihe und die Primiz am Sonntag bedeuteten zugleich den Abschied von der Heimat - bereits im September sollte ich nach Paraguay in Südamerika ausreisen, in die Mission. Ich danke Euch allen für Euer Interesse und alle Unterstützung, die ich dort immer als Missionar erfahren habe.

Was geschieht bei einer Priesterweihe?

Was geschieht bei einer Priesterweihe, wenn man einmal von dem äußeren festlichen Rahmen absieht? Fünfzig Jahre später frage ich mich immer noch: Was geschah da im Eigentlichen?

Ein Sakrament

Uns fehlen immer die zutreffenden Worte, geistliche Dinge genau zu beschreiben. Zum Beispiel für das Wort Sakrament habe wir immer noch keine richtige Übersetzung gefunden.

  • Es bedeutet so etwas wie wirksames Zeichen, wie die Ikonen in der östlichen Tradition: eine Muttergottesikone ist ein Bild, aber hinter dem Bild wird die Muttergottes selbst verehrt und nähert sich uns. Man könnte ein Sakramente sogar mit einer digitalen Ikone vergleichen: Wenn man sie berührt, bewegt sie sich, und es geschieht auch etwas.
  • Im Sakrament der Eucharistie sieht diese Wirksamkeit so aus: Wenn wir das Gottesbrot essen, werden wir Teil des Leibes Christi.
  • Oder im Sakrament der Ehe: dort treten Mann und Frau in eine fruchtbare Verbindung mit dem Gott der grenzenlosen Liebe.

Das Weihesakrament

Im Weihesakrament wird dann der Priester selbst zu einem heiligen Zeichen, zu einer Ikone Christi. Wenn ein Priester die Messe feiert, führt Christus selbst durch ihn den Vorsitz der Eucharistie. Durch Sakramente werden Dinge und Menschen zu heiligen Zeichen, zu Ikonen Gottes.

  • In Paraguay nennt man den Priester "Pa'í", kleines Abbild Gottes.

Dieses Geheimnis wird in der ersten Lesung so angesprochen: Für den Leib Christi, die Kirche, ergänze ich in meinem irdischen Leben das, was an den Leiden Christi noch fehlt. Ich diene der Kirche durch das Amt, das Gott mir übertragen hat, damit ich euch das Wort Gottes in seiner Fülle verkündige (Kol 1,24).
Paulus steht durch sein Amt an der Stelle Christi und ergänzt, was an den Leiden Christi noch fehlt, damit die Kirche gesünder und stärker werden kann.

Mein Leben als Priester

Nach der Priesterweihe ging ich also nach Paraguay, dort fehlten Priester und Missionare noch mehr als in Deutschland. Bis heute ist das so: hier in Paderborn hat statistisch ein Priester 2000 Katholiken zu betreuen, dort sind es 8000, das vierfache. Ich wollte dort helfen; heute ist der Missionar in fast allen Fällen Mithelfer in einer schon bestehenden Ortskirche.
Ich dachte zunächst, ich bleibe acht bis zehn Jahre, dann komme ich zurück. Aber wie das Leben so ist, man schlägt Wurzeln, fühlt sich zugehörig, übernimmt Verantwortung.

  • So bin ich dort geblieben, bis auf die 18 Jahre in Rom in der Leitung unseres Ordens weltweit.
  • Drei Jahre nach meiner Rückkehr aus Rom nach Paraguay wurde ich dann Bischof von Ciudad del Este in Paraguay und war es bis Februar.
  • Jetzt befinde ich mich im Ruhestand und möchte gern noch einen Rentner einstellen, denn allein schaffe ich alles nicht, was ich noch vorhabe.

Berufung

Was geschieht bei der Priesterweihe, haben wir gefragt und versucht eine Antwort zu geben. Aber eine bloße Erklärung dieser Berufung genügt nicht.

  • Unser Evangelium von heute spricht über dieses Geheimnis auf einer ganz anderen Ebene. Was Jesus da zu verstehen gibt, gilt für jeden Christen, aber besonders für Priester und Bischöfe.

  • Jesus fragt Petrus nicht, ob er für seine Aufgabe das richtige Konzept hat oder ob er gut vorbereitet ist. Die Frage lautet: liebst du deinen Herrn und Meister? Gibt es Freundschaft zwischen uns?

  • Meine Berufung ist für mich ein Geheimnis. Der Weg, den ich gewählt habe, erscheint mir selbst heute so unwahrscheinlich, fast unverständlich. Dennoch bin ich froh über meinen Lebensweg.

  • Jemand könnte mich fragen: Glaubst du, dass du dich richtig entschieden hast? Ich würde dann antworten, dass die Frage breiter gestellt werden muss, denn andere hatten ebenfalls Anteil an der Entscheidung: Meine Eltern, gute Freunde, der ein oder andere Beter, Menschen, welche die Mission begeisterte, und nicht zuletzt Christus selbst, wie wir im Evangelium hörten.

    Die Dienerin Gottes Santina Campana schrieb einmal: wenn ein Mensch von Gott berufen wird, so entdeckt man im Hintergrund immer jemanden, der sich aufopfert. Bei Christus war es Maria, die sich mit ihm aufgeopfert hat. Ich denke, bei mir trifft das auch zu, aber ich möchte keine Namen nennen.

Beten wir also und bringen wir Gott die Opfer dar, die nötig sind, damit auch heute Menschen aus unserer Mitte sich Gott und seiner Kirche ganz zur Verfügung stellen. Beten wir um Berufe aus unserer eigenen Familie.
Wird es immer genug Priester geben? Die Antwort hängt nicht nur vom Kandidaten ab. Wer berufen ist und ja sagt, kann das nur, wenn er nicht allein da steht. Aber er sollte wissen, dass er nie allein sein wird.

Amen.


Palabras clave: sacerdocio, misión, Berufung, priesthood, mission, Paraguay

Consagración a la Virgen María - una reflexión

Los acontecimientos de estos días del mes de marzo fueron tan rápidos, se precipitaron tanto, que poco tiempo quedaba para pensar o para comprender. Ahora se acerca la Semana Santa y, conviene respirar un poco. Como preludio de la Semana Santa, el viernes de dolores (3 de abril) se quiere consagrar el Paraguay a la Virgen de Caacupé. Mi mensaje es sobre esta consagración y los días que nos preparan a este acto.

¿En qué consiste consagrarnos a María? Significa que nos pondremos a la total disposición de la Virgen pero el objetivo ulterior y final es entregarnos totalmente a la voluntad de Dios y a su divino proyecto.

¿Y por qué esta entrega a Dios pasa por las manos de María? Porque no es tan fácil entregarse a Dios sin reservas y hasta podemos equivocarnos en la manera de hacerlo. Por ejemplo, de nuestra parte podría haber un fanatismo que excluye, o un voluntarismo que no cuenta con la gracia de Dios, o un formalismo casi mágico. Queremos ser totalmente de Dios, sí, pero a la manera como María pertenecía totalmente a Dios.

¿Qué es esa manera?

  1. En primer lugar, María no ayudará a aceptar que somos criaturas de Dios, él nos ha hecho de una determinada manera. María fue escogida para ser la purísima, pero, también cada uno de nosotros tiene una vocación única de parte de Dios y nuestro nombre está escrito en sus manos.
  2. Después, en segundo lugar, esta consagración implica escuchar a Dios cuando él nos habla en un momento determinado de algo muy concreto. Debo indagar bien cuál sería su voluntad en mi caso y tener eso ya como costumbre.
  3. Finalmente la consagración consiste en obedecer la voluntad de Dios ya descubierta. Me tocará decir como María y con ella: yo soy la esclava o el esclavo del Señor, hágase en mí según tu palabra. Todo el resto de la vida será caminar en servicio a los demás. En este recorrido nuestro, ¡qué hermoso compañero de viaje es la Palabra de Dios y el rosario, qué alimento fuerte la eucaristía!

Si el Paraguay - es decir, muchos de sus habitantes - así se consagra al proyecto del Reino de Dios por las manos de María, todo cambiará para mejor y también esta prueba de la pandemia será para un bien.

Dios nos pide todo el corazón, y con el apoyo maternal de la Virgen de Caacupé seremos capaces de entregarlo. Si me consagro me pedirá no sólo el corazón, sino también mis manos.Seguro que alrededor mío hay gente que me necesita en estos tiempos de precariedad. Somos todos tuyos, Nuestra Señora, hágase en nosotros la voluntad de Dios.

27 de marzo 2020
Mons. Guillermo Steckling

Tiempo de pandemia - ¿qué nos dice Dios, hoy?


¡Un cordial saludo a todos! 

Soy Mons. Guillermo, obispo de Ciudad del Este, Paraguay. Vamos avanzando más días en la cuarentena. No sé qué aspecto les llama más la atención. A mi me impresiona sobre todo que esto es algo mundial. Todas las noticias de tantos países diferentes reflejan la misma gran preocupación que nos afecta a todos. Se puede sentir que la humanidad en este momento se da cuenta que estamos navegando en el mismo barco. Estamos habitando una gran casa común. Nunca lo hemos sentido antes como en estos días de pandemia. (Siga en youtube.)

En el Paraguay celebramos el Año de la Palabra de Dios. Desde el principio habíamos dicho que se trata de abrir la biblia, leer la palabra de Dios escrita, pero que no sólo es eso. Dios habla de otras maneras también: por la naturaleza o por los acontecimientos o por las personas que encontramos. ¿Qué es lo nos dice Dios hoy por los hechos? Me atrevo a decir lo que siento personalmente, imaginado que vale para otras personas más.
  • Una cosa que el Señor nos dice con seguridad es que no nos desanimemos. El desánimo no es de Dios. Necesitamos buscar Su paz: “mi paz les dejo, mi paz les doy, no la doy como la da el mundo” (Jn 14,27). Con mucha humildad tenemos que buscar esta paz reconociendo que necesitamos cambiar nuestras vidas pero que seguimos siendo seres muy queridos por nuestro Creador y Salvador. Su Espíritu divino quiere encenderse con más fuerza en nuestro corazón.
  • Segundo, Dios se comunicará con nosotros a través del abundante tiempo libre, silencioso que nos regala ahora que nos quedamos en casa. El tiempo es un hermoso regalo – para cuidar los detalles de la casa, para hablarnos, para agradecer a Dios, para alabarlo y pedirle muchas cosas. Valoremos estos momentos de meditación, de oración que siempre habíamos buscado. No desperdiciemos este tiempo. Conversemos también con los Santos de nuestro nicho familiar, con la Virgen María. Pensemos en la misma persona de Jesús que sabemos que está en el Santísimo en algún templo no tan lejano, y que también nos espera en la Biblia, en la palabra escrita de Dios. Busquemos momentos de oración común con los de la casa.
  • En tercer lugar, no pensemos solamente en nosotros. Hay muchos que están más afectados por la enfermedad que nosotros, comenzando con las personas que no tienen un ingreso seguro del que se puede vivir dignamente en estos días de cuarentena. Otras personas se dedican a cuidar a los enfermos corriendo muchos riesgos, pasando muchas fatigas. Ahí están también todos los que cumplen funciones necesarias para que el bien común. Pensemos también en los que sufren de la soledad y se desesperan, que no aguantan quedarse en casa y hacer nada. Todos ellos necesitan nuestra oración, o una llamada por teléfono, o una mano generosa que les ayude.

Los sacerdotes vamos a seguir oficiando la santa misa por el bien de todos, por el país, por la humanidad. Hoy más que en otros momentos nos damos cuenta de que habitamos una casa común. El mundo puede sentir más que en tiempos ordinarios que existe “Él que vive” (Apoc 1,18), que hay Alguien que nos cuida. De parte de los cristianos, nuestro mayor aporte será la serenidad, la oración y la solidaridad vividos con sencillez.

Ideologías

Una ideología es en el mejor de los casos el fruto del así llamado pensamiento débil. El mundo resulta ser muy complejo y nos sentimos más cómodos si encontramos una explicación simple y máximas simples para actuar. El comunismo va a decir que la pobreza sólo viene de la opresión y que hay que promover la lucha de clases, el capitalismo va a afirma que la fuerzas del mercado nos llevarán a un futuro mejor, etc. Las explicaciones ideológicas siempre son simplistas, las normas de actuar demasiado claras, y se pretende saber  de entrada quienes son los buenos y los malos. Los hermanos de las ideologías son el fanatismo y el sectarismo y sus padres la comodidad, el miedo y la ignorancia.

En el peor de los casos la ideología es un instrumento manejado astutamente para dominar el mundo.  Decimos a la gente qué pensar y cómo actuar, y les prometemos la felicidad o la tranquilidad, y así nos siguen. En esta caso las ideologías se vuelven a menudo irracionales y hasta ridículos pero resultan ser muy poderosos. Por ejemplo, ¿no estará detrás de la ideología del género el objetivo de disminuir la población?

La ideología no se puede difundir sin propaganda consciente y fuerte. Sólo lo que se maneja en los medios nos parece importante, lo que no se menciona ahí no existe.

¿Y cuál es la defensa contra estos sistemas de pensamiento que nos “alquilan la cabeza”? Es el recurso al Único Ser que comprende toda la complejidad del mundo porque es su Creador y lo sigue creando. Dice el Eclesiastés (3:11): ”Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito, aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará”.

La oración silenciosa, la escucha de la palabra divina, el ejemplo de los santos hacen caer los sistemas ideológicos. La verdad está en una persona, la persona de Jesús quien dijo “yo soy la verdad” (Jn 14:6); esta verdad nos hará libres (cf. Jn 8:31) y no la seudo-verdad ideológica. Si queremos sobrevivir como cristianos y llevar una vida santa, caracterizada por la pureza y la entrega generosa, lo primero que debemos ganar es la batalla ideológica.

Sobre la ideología del género

El sol, la luna o las estrellas no poseen un género definido. Pueden ser masculinos, femeninos o neutros dependiendo de los idiomas. En alemán el sol es femenino, en inglés neutro.

El género de las personas está ligado a su sexo. Somos hombres o mujeres con algunas limitadas variaciones según el ambiente cultural.

La ideología de que el género de hombre o de mujer es pura construcción social  va contra el sentido común. Me indigna ya por ese motivo, y me indigna más todavía porque se la quiere imponer de manera subrepticia.

Los ideólogos del género afirman defender a los homosexuales y todos los LGTB. Es verdad, las personas homosexuales merecen más respeto. Todos tenemos un alma que salvar y esto no lo podemos hacer solos, necesitamos ayudarnos mutuamente para llegar a Aquel que salva. Pero no podemos cambiar la Biblia que constata que Dios creó a los humanos “según su imagen y semejanza, macho y hembra los creó” (Génesis 1,27). En la complementariedad de hombre y mujer somos imagen de Dios.

¿Por qué se propaga tanto esta ideología? Está documentado que se pretende sobre todo el control de natalidad, ya no con medicamentos sino cambiando nuestras culturas. Primero se desvincula el sexo de la generación de nuevas vidas y después, se pretende quitar de su lugar la familia como la conocemos. Como bonus desaparecerá también el concepto del ser humano que nos da el cristianismo. Pero, ¿la natalidad de quién se logrará controlar? De los que no se resisten, y van a sobrevivir y florecer aquellas culturas que están a favor de familia.

En vez de construir ideologías, ¿por qué no nos preguntamos cuál es el plan del Creador? ¡No nos corresponde corregir el designio amoroso de Dios que se expresa tan bellamente en el amor conyugal!

+ Guillermo Steckling
Obispo de Ciudad del Este

Todo es gracia

El día 28 de agosto es la fiesta de San Agustín a quien se le llama  también el “Doctor de la Gracia”. ¿Qué nos puede decir este santo hoy, después de 1.500 años?

Uno de sus adversarios era un tal Pelagio, un monje austero de las Islas Británicas. El pelagianismo enseñaba que no necesitamos la gracia de Dios para salvarnos y llegar hasta él - basta el esfuerzo humano animado por el buen ejemplo de Jesús. El pecado original no existe. San Agustín, sin embargo, mantenía que nuestra salvación siempre es una gracia de Dios inmerecida. El seguidor de Pelagio quiere “ganarse” el cielo, el seguidor de San Agustín alaba a Dios por el regalo inmerecido de su salvación y después, actúa por gratitud.

La Iglesia a través de los siglos siempre ha favorecido a Agustín y considerado el pelagianismo como una herejía, una enseñanza equivocada. Se trata de una doctrina seductora que hasta hoy tiene sus adeptos, aunque no sepan quién era Pelagio. Ellos se convencen que llegaremos a Dios con nuestro esfuerzo - pero lamentablemente desaniman a aquellos que sienten el gran peso de sus pecados. Sobre el tema el Papa Francisco nos dice, todavía hoy: «Tengan confianza en el perdón de Dios. ¡No caigan en el pelagianismo!» - «La salvación no se paga, la salvación no se compra. La Puerta es Jesús y ¡Jesús es gratis!»

La salvación no se gana ni se merece; sólo se recibe abriendo el corazón y renunciando al pecado, y luego conduce a la alabanza de Dios y una vida llena de buenos frutos. ¿Quién ha hecho más por la humanidad que la Virgen María? Y ella no dijo respondiendo al Ángel “voy a esforzarme y hacer lo que tú has dicho” sino “hágase en mí según tu palabra” que es lo mismo que “la gracia de Dios actúe en mí”. Todo es gracia, decía el poeta Bernanós.

Comunión, diferentes funciones pero una única cabeza, Cristo

Contemplemos la vid con sus ramas, imagen bíblica de la comunión que constituye la Iglesia. Dice Jesús: “Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no pueden hacer nada” (Jn 15).

Les invito a mirar dos significados de “comunión”. El primero es la unidad que caracteriza la Iglesia. Formamos un solo cuerpo cuyos miembros tienen diferentes funciones pero están bajo una única cabeza, Cristo. Como cabeza del cuerpo, Cristo sigue presente hasta hoy a través del sacramento del orden sagrado, es decir a través de los diáconos, sacerdotes y obispos. Debemos entendernos sobre todo como un solo cuerpo, como Iglesia que es una, santa, católica y apostólica; recién después nos diferenciamos por parroquia, movimiento o comunidad.

El segundo significado de “comunión” se refiere a la Eucaristía. Recibiendo el cuerpo de Cristo entramos en comunión con su persona. Al mismo tiempo, a través de Jesús, vivimos la comunión con todos los hermanos y hermanas en un momento privilegiado de agradecimiento e intercesión por ellos.

Por eso, la liturgia eucarística es un área muy sensible cuyos detalles debemos cuidar mucho ya que nos hace entrar en comunión íntima tanto con el Señor, nuestra cabeza, como con todos sus miembros que son tan diferentes entre ellos. Todos se deben sentir queridos y acogidos.

Según el Vaticano II, la comunión se vive cuando “toda la Iglesia aparece como «un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (LG 4, cf. San Cipriano).

(Publicado inicialmente en SicPrensa)

Somos imagen y semejanza del verdadero Dios

Llamados a convertirnos en imagen y semejanza del verdadero Dios

El ser humano es imagen de Dios - “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” dice la Biblia (Gen 1,26). Dios es el original, nosotros somos una imagen que salió de manera más o menos lograda. Si el retrato no tiene mucha similitud no por eso tengamos en menos el original. Sobre todo, no tratemos de cambiar al original, que es Dios, según nuestra conveniencia. Él solo es santo, es tres veces santo  y no se le debe tocar ni retocar el original.

Jesús nos ha revelado la verdad sobre Dios. Ahora sabemos que Dios es una trinidad, que es la Santísima Trinidad. Esto significa amor y armonía entre tres personas muy distintas - el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo - que por su amor y armonía constituyen un solo Dios. Dios arde como fuego de amor y sus tres personas se funden en este fuego en un solo Dios. Al mismo tiempo su amor rebosa hacia nosotros y Su misericordia se extiende como el mar.

A veces nos asusta nuestro poca semejanza a Él; somos imágenes tan lejos de ser perfectos. ¿Qué debo hacer para asemejarme más al Dios que reveló Jesucristo?

Esto no se logra sólo con la reflexión sino hay que practicar. Practicar el asumir las diferencias entre nosotros, manteniendo cada uno su personalidad única y al mismo tiempo viviendo en amor y armonía. Respetarnos como somos  y no querer que todos seamos del mismo molde. Por algo existen seres tan diferentes como lo son hombre y mujer, niño y anciano, paraguayo, indígena y extranjero, la persona muy dotada y afortunada y gente pobre y sufrida. Si creemos en la Trinidad llegaremos a reconocer que nadie puede lucirse sólo él o ella como imagen de Dios. Todos juntos, sí, abiertos a la gracia de Dios y por el trato que nos damos y la caridad que nos tenemos mutuamente, llegaremos a ser más y más imagen y semejanza de Dios. 

Toca sentir y actuar siempre “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

(Publicado la primera vez en sicprensa.)

Carta pastoral enero 2016

La Iglesia es comunión

Carta pastoral, enero 2016


Queridos Hermanos y Hermanas, formando parte de la Iglesia Católica en Alto Paraná y Canindeyú,

            La visita del Papa Francisco el año pasado fue sin duda un llamado a la renovación. Por ese motivo, “Llamados a una renovación radical”, fue escogido como el título de la reciente carta de los obispos del Paraguay, dirigida a todos los hermanos y hermanas del país.

            ¿Necesitamos renovación? El Papa en su visita nos indicó cuatro puntos donde la precisamos: conocer a Dios, porque no hay vida cristiana posible sin “conocimiento experiencial” de Dios; vivir la hospitalidad, -  la Iglesia debe ser “casa de la hospitalidad”; humildad y misericordia – la viviremos en este año de la misericordia; ser pueblo – nos toca fomentar “una cultura del encuentro y del diálogo”. Escuchando esto nos damos cuenta: sí, necesitamos renovación, y desde las raíces (“radicalmente” quiere decir eso). ¡Somos “llamados a una renovación radical”!

            En la diócesis de Ciudad del Este se da una gran diversidad de culturas y una enorme riqueza de vivencias espirituales distintas. Nos maravillan y a veces nos pueden confundir. En este último caso lo más cómodo sería dejar ir a cada uno por su lado. Ya escuché la frase, dicha por algún grupo: “nosotros no necesitamos la Iglesia”. Pero si actuáramos así, ¿no equivaldría eso a dar gusto a lo que San Pablo llama la carne – “cuando uno dice: Yo soy de Pablo, y otro: Yo soy de Apolo, ¿no son ustedes  carnales?” (1 Cor 3,4)?

            En realidad, la Iglesia es del Espíritu Santo y no de la “carne”. En la fe incluso la llamamos el Cuerpo de Cristo y por eso no puede hacer más que una sola iglesia. LA IGLESIA ES COMUNIÓN –  o como decía San Cipriano 17 siglos atrás: “La Iglesia aparece como un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. ¿Cómo lograr esa unidad en la práctica?

            Creo que ya tenemos algunas pistas, y por eso volvamos a los cuatro puntos mencionados arriba que fueron desarrollados por Papa Francisco durante su estadía en el Paraguay. Lograremos la comunión si conocemos a Dios por medio de la oración; si nos acogemos mutuamente en hospitalidad aunque uno reza de una manera y otro de otra manera algo diferente; si en humildad y misericordia reconocemos nuestras miserias y sabemos perdonar las miserias de los demás; y si sabemos ser pueblo con todas las virtudes que se necesitan para la convivencia cristiana y ciudadana. Estoy más que convencido, estoy seguro que la comunión se puede lograr en base a una renovación radical desde las mencionadas cuatro raíces, y bajo los cuidados de la Madre de la Iglesia, la Virgen María.

            En el año 2016 seremos guiados por un nuevo plan pastoral que se publicará y entrará en vigencia el 3 de febrero; acabo de redactar un aporte mío sobre la liturgia. Es un plan que quiere ser un comienzo y no una conclusión, porque necesitamos mirar hacia el futuro. Juntos tendremos que discernir lo que Dios nos pide como Iglesia en Alto Paraná y Canindeyú. Cada uno, cada grupo tendrá algo valioso y único que  puede aportar para seguir edificando la Iglesia de Cristo bajo la protección de la Virgen María y con la intercesión del Señor San Blas.

            Les deseo a todos abundantes bendiciones para el Año del Señor 2016, Año Jubilar de la Misericordia!
           
 Ciudad del Este, 1º de enero de 2015


+Guillermo Steckling, O.M.I.
Obispo de Ciudad del Este

Bioética: La Experimentación con Humanos

La Experimentación con humanos desde el punto de vista de la Bioética
Seminario “Bioética en el marco de las Ciencias Jurídicas”
Universidad Católica (Paraguay), Campus de Ciudad del Este

“El seminario se propone introducir a los participantes en el debate crítico de temas como el matrimonio igualitario, bioética y tecnología, el aborto desde el punto de vista de la ética del derecho, bioética y experimentación en el hombre entre otros. Se quiere lograr que los jóvenes aprendan a razonar con rigor, para así obrar con rectitud y servir mejor a la sociedad.”

Notas introductorias

Se trata de un tema al que un especialista podría dedicar muchas horas. Habría que tener en consideración el progreso actual de la investigación médica y farmacéutica, la historia de la experimentación humana, el avance de la bioética y la legislación pasada y presente a nivel internacional y nacional.
Hablaré como obispo y pastor, no como especialista. Voy a hacer referencia a los campos que acabo de mencionar desde el punto de vista de la Iglesia católica. Como hombre de fe, pastor  y obispo me interesan sobre todo las conexiones entre vivencia humana, ciencia, vida profesional y fe.
Una imagen sencilla para señalar lo que está en juego aquí puede ser nuestras relaciones con un objeto vivo como por ejemplo un árbol. A un árbol grande y hermoso uno se puede acercar desde distintos ángulos, en distintos roles. El poeta o el músico se sentirá inspirado para cantar la belleza del árbol, el botánico se va a interesar por su clasificación y averiguar exactamente su especie y su edad, un carpintero va a ver su utilidad para la construcción y el comerciante se va a poner a calcular su precio. Hay muchas maneras de acercarse a una realidad y todas tienen su razón de ser y son hasta cierto punto legítimos. Pueden también entrar en conflicto en el momento de tomar decisiones, por ejemplo cuando alguien quiere cortar el árbol.
¿Cómo se presenta el mismo cuadro cuando nos acercamos al ser humano? Aquí entran en juego varios factores adicionales, por ejemplo la relación interpersonal, los derechos humanos o la fe en que la persona es imagen de Dios. Necesitamos establecer cuál es el ángulo que debe tener preferencia a la hora de llegar a decisiones; cada persona lo tiene que discernir en su conciencia y juntos también necesitamos formular nuestra ética. Nuestra antropología no se va a poder separar de nuestra cosmología y de nuestra teología. Yo quisiera que esta noche sintamos aunque sea un poco esta necesidad de una mirada coherente sobre el ser humano en su mundo, teniendo en cuenta a su Creador. La encíclica del Papa Francisco sobre la ecología, Laudato Si´, es un bello ejemplo cómo se hace la conexión entre la naturaleza, el ser humano y Dios y nos puede convencer que estas tres realidades son inseparables.
En cuanto al tema más específico de esta noche, entran en juego conceptos sobre cuya definición necesitamos entendernos para saber de qué estamos hablando.
Experimentación con humanos: Se quiere investigar empíricamente el ser humano, su cuerpo y también su mente, su sicología. Se hacen investigaciones en general o sobre algún tema específico con personas sanas o enfermas,  se prueban medicamentos y tratamientos en casos particulares o con muchas personas, se hacen estadísticas para sacer conclusiones. Surgen preguntas más insistentes cuando la medicación es cuestión de vida o muerte, o cuando se usan tejidos vivos, o cuando se hacen pruebas que tocan nuestro genoma, o cuando entran en juego embriones humanos.
Bioética: las nuevas posibilidades hacen surgir preguntas éticas que necesitan una reflexión serena y cuyos resultado se deben reflejar en la legislación y la jurisprudencia. Empleo para nuestro propósito una definición de bioética que la limita a las cuestiones que tienen que ver con el ser humano, no incluyendo directamente la ética de nuestro proceder con el resto de los seres vivos.
Iglesia Católica. Para concluir esta introducción creo oportuno aclarar mi actitud como representante del Magisterio de la Iglesia Católica. Me es importante afirmar que aquí no se trata de defender el punto de vista de la Iglesia en una especie de hacer lobby, como digamos un empresa farmacéutica quiere hacer valer su experiencia y también sus intereses. El interés de la Iglesia no puede ser otro que servir a la verdad, en este caso la verdad sobre el ser humano, y promover una ética que respete la dignidad humana. Lo que la Iglesia puede ofrecer es una visión coherente del hombre, del mundo y de Dios que se apoya en la fe pero que creemos que en gran parte se puede mantener en pie sola sobre el fundamento de la ley natural.

Preguntas que surgen

Muchas veces, en una situación surgen preguntas prácticas, inmediatas y apremiantes que nos conducen luego a preguntas profundas y esenciales. Lo describe bellamente la constitución Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II, 50 años atrás. Este documento del concilio comienza aclarando que se dirige no sólo a los Cristianos sino a todos los hombres[1]. Luego dice:
“En nuestros días, el género humano, admirado de sus propios descubrimientos y de su propio poder, se formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre la evolución presente del mundo, sobre el puesto y la misión del hombre en el universo, sobre el sentido  de  sus  esfuerzos  individuales  y colectivos, sobre el destino último de las cosas y de la humanidad.”[2] [3]

En la bioética emprendemos una reflexión sobre preguntas prácticas que surgen con el fin de encontrar principios y normas para regular nuestro poder sobre la vida del hombre, poder que ha crecido enormemente. Hoy poseemos los medios para curar muchas enfermedades antes incurables como la tuberculosis y la lepra, regular la fertilidad, reemplazar órganos, congelar embriones y soñar con muchas posibilidades más. Pero si queremos llegar a respuestas válidas no podemos esquivar las preguntas más fundamentales.
Nos pueden maravillar las nuevas posibilidades y los grandes avances, y en este campo hay tanto progreso verdadero y positivo. Pero la historia enseña que también somos capaces de traspasar nuestros límites.
Siempre me acuerdo de un dentista que me trataba unos años atrás. Lo hacía con un precio especial, y en su consultorio le gustaba conversar conmigo sobre filosofía; era profesor de filosofía también. Una vez mientras que me hablaba sentí un fuerte dolor y reaccioné con un gemido. Mi doctor se asustó, preocupado. Luego me dijo: Disculpe, Padre, me entusiasmé demasiado.
¡Nos podemos entusiasmar demasiado! La pregunta fundamental que surge es la siguiente: ¿Es bueno, e incluso es lícito hacer todo lo que podemos hacer técnicamente? Obviamente no lo es – todos comprendemos que no hay derecho de matar a personas, o de disponer sin más de los órganos de una persona viva. Pero la tentación de hacer precisamente esto se presenta, especialmente en el caso de los más indefensos.
De eso ya se ha hablado en este seminario, el tema que nos toca hoy es la experimentación. En al afán de saber más, de tratar mejor enfermedades y mejorar la salud, ¿hasta dónde podemos ir con nuestros experimentos?

Experimentos y transgresiones

Para probar nuevos medicamentos y para adelantar la medicina, muchos experimentos se hacen necesarios, cuya última fase suele ser la experimentación humana. Experimentos se han hecho desde siempre. El año 1865 marca un hito cuando el francés Claude Bernard publica su libro “Introducción al estudio de la medicina experimental”.
Pero también es sabido que en estos estudios empíricos hubo abusos, y graves. El caso más famoso constituye la experimentación en Auschwitz en tiempo de los Nazis, por el infame Dr. Mengele y otros. Pero ya hubo abusos anteriores. En 1906 un profesor de Harvard, EEUU, Dr. Richard Strong infecta a prisioneros en las Filipinas con el cólera para estudiar la enfermedad. “Trece de ellos mueren. Se compensa a los sobrevivientes con cigarros y cigarrillos.” Durante los Juicios de Nuremberg, médicos nazis citan este estudio para justificar sus propios experimentos médicos.[4]
Muchos de los abusos posteriores, especialmente en Rusia y EEUU, tienen que ver con el desarrollo de las armas nucleares, biológicas y químicas.

A continuación se presenta una tabla de varios experimentos, años y lugares donde han ocurrido investigaciones que no han cumplido con normas de la investigación en sujetos humanos[5].
Experimento
Ubicación
Periodo
Observación del comportamiento de la sífilis
Tuskegee, Alabama, Estados Unidos.
1932 a 1972
Inyección de substancias radioactivas (Plutonio)
Rochester, Estados Unidos.
Finales de la década de los cuarenta, inicios de la década de los cincuenta.
Comportamiento de individuos y militares en un campo radioactivo.
Nevada, Estados Unidos.
1951 a 1963
Simulación de ataques biológicos a la ciudad. Longitud de expansión de una bacteria. (Prueba de Vulnerabilidad)
San Francisco, Estados Unidos.
1950
Simulación de ataques Biológicos bajo tierra.
Nueva York, Estados Unidos.
1966
Experimentos con gases venenosos
Haengyong, Corea del Norte. Campo para prisioneros políticos.
1965-1991

Según J. V. Gutiérrez, existen en la historia reciente de la Medicina algunos ejemplos de abusos realizados en miembros de minorías raciales o en personas recluidas en instituciones.[6]
Incluso se ha hablado de "colonización científica" cuando los pacientes de países pobres son sometidos a experimentaciones que no podrían ser autorizadas en países ricos. Hace dos o tres meses se cuestionó en Perú la manera de hacer experimentos médicos con tres mil niños, con la recompensa de una canasta de alimentos.
Muy vulnerables son seres humanos como los embriones, fetos, niños, mujeres gestantes, ancianos, deficientes mentales, pacientes terminales, personas internadas en instituciones. Una parte de los experimentos humanos se derivan hoy de la fertilización en vitro cuyo resultado son numerosos embriones humanos sobrantes, congelados, que según las leyes del país se pueden legalmente usar para experimentos. También se utilizan para estos fines tejidos de fetos abortados, según recientemente se ha publicado.

Leyes y Ley Natural

Algunos de estas prácticas que llamamos aquí abusivas pueden ser legales. Se plantea aquí el problema de las leyes injustas. El enseñamiento de la Iglesia dice que existe una ley natural a la cual debemos hacer referencia por encima de las leyes particulares..
“La ley natural expresa el sentido moral original que permite al hombre discernir mediante la razón lo que son el bien y el mal, la verdad y la mentira. ‘La ley natural está inscrita y grabada en el alma de todos y cada uno de los hombres porque es la razón humana que ordena hacer el bien y prohíbe pecar…’ (León XIII, enc. "Libertas praestantissimum).” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1954)

Esta orientación es accesible a todos, entonces. Pero es cierto también que tenemos dificultades de entenderla y aceptarla, como también lo expresa el Catecismo de la Iglesia Católica:
“Los preceptos de la ley natural no son percibidos por todos, sin dificultad, con firme certeza y sin mezcla alguna de error. En la situación actual, la gracia y la revelación son necesarias al hombre pecador para que las verdades religiosas y morales puedan ser conocidas ‘de todos y sin dificultad, con una firme certeza y sin mezcla de error’ (Concilio Vaticano I…)” (Catecismo, 1960)


Nos toca razonar en base a la ley natural ante los desafíos de la bioética. Razonar bien nos hará descubrir la verdad pero la fe nos da luces para llegar más rápido. Es como cuando queremos construir un edificio – la estructura tiene que sostenerse por sí misma pero éste se levanta con la ayuda de un encofrado y apuntalando bien elementos aún frágiles hasta que todo esté bien establecido. Tampoco tiene que haber condiciones climáticas muy adversas que lo harán difícil construir. Así también la bioética puede ser amenazada por los vientos y las lluvias de los intereses creados.
¿Qué nos dice la ley natural?
Nos dice que la ciencia puede hacer y necesita hacer pruebas empíricas para progresar. Pero la experimentación tiene sus límites cuando afecta a seres humanos, y más todavía cuando el objeto de la experiencia es el mismo ser humano. Ya es problemática la experimentación con aquellos animales que son capaces de sentir dolor o miedo. La ley natural nos hace caer en la cuenta del gran valor del ser humano y su posición única.
¿Por qué el ser humano es especial? La ley natural nos dice porque es el ser que se encuentra por encima de todo el resto de nuestro mundo visible. Que es portador de valores inmateriales, que es persona, que tiene una dignidad única. Por ese motivo, la ley natural nos exige su respeto por encima de otros factores que entran en juego.
La fe no permitirá avanzar todavía más. El hombre es el único ser capaz de reconocer a Dios. Es imagen de Dios, y más específicamente, en sus relaciones es imagen del Dios-Amor, de la Trinidad de Padre, Hijo y Espíritu. Su valor no depende tan sólo de él ni de sus cualidades, su valor está en el hecho de que Dios es su Padre. Es por eso que desde la fe defendemos la dignidad de los más débiles: los que no nacieron todavía, los que están ya al fin de la vida, los enfermos graves incluso en coma, los que son especiales en sus capacidades. Valen porque Dios los hizo. Si usamos bien nuestra razón vamos a descubrir que también esta visión que descubrimos desde la fe puede justificarse desde la ley natural.

Algunos reglamentos bioéticos existentes

Según Javier Vega Gutiérrez[7], los dos pilares de la regulación de la experimentación humana son el Código de Nüremberg (1947) y la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial (1964). En Nüremberg se establece por primera vez la obligatoriedad del consentimiento informado. La Declaración de Helsinki es un cuerpo de principios éticos que deben guiar a la comunidad médica y otras personas que se dedican a la experimentación con seres humanos. Por muchos es considerada como el documento más importante en la ética de la investigación con seres humanos, a pesar de que no es un instrumento legal que vincule internacionalmente. Ya hubo varias revisiones. “El principio básico es el respeto por el individuo (Artículo 8), su derecho a la autodeterminación y el derecho a tomar decisiones informadas.” (ib.)
Hay varios reglamentos subsecuentes que los especialistas han de conocer: por ejemplo el Informe Belmont (1978) de Estados Unidos, y el documento legal del Comité Internacional de Bioética de la UNESCO del año 1993 que protege el genoma humano complementando la Declaración Universal  de los Derechos Humanos.
Aún con la regulación que tenemos, se intuye que quedan muchas preguntas abiertas y que estamos en un campo donde se juegan fuertes intereses económicos e ideológicos. También se debe tener en cuenta que existen diversas corrientes dentro de la bioética. Puedo mencionar tres modelos de forma esquemática: el modelo radicalmente liberal que propaga una libertad ilimitada en la manipulación del ser humano; el modelo utilitarista que toma como criterio la utilidad social de experimentos humanos y otras prácticas médicas, y el modelo personalista que parte del valor de la persona humana.

Posición y Orientaciones de la Iglesia

Desde la perspectiva de la razón iluminada por la fe en el Dios de Jesucristo, la Iglesia Católica quiere ofrecer varias orientaciones y luces. Reclama que requieren una particular protección en este asunto aquellos seres humanos que son biológica, social o jurídicamente débiles o vulnerables. Afirma que el consentimiento informado es un punto clave en la investigación en humanos. El que participa debe conocer el objetivo del ensayo clínico y  la metodología empleada, y siempre tener la posibilidad de retirarse sin perjuicio en su tratamiento.[8]
Muy importante es que la protección en los experimentos debe vigilarse y garantizarse también a través de un Comité de ética (CDE) independiente que deberá dar su parecer sobre el protocolo de la experimentación.
Entre los documentos oficiales de la Iglesia Católica podemos mencionar Dignitas Personæ (DP), una instrucción del 2008 proveniente de la Congregación Para La Doctrina De La Fe de la Santa Sede sobre algunas cuestiones de bioética. Cito algunas conceptos:
  • Se ve a “la ciencia como un precioso servicio al bien integral de la vida y dignidad de cada ser humano.”
  • “A cada ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural, se le debe reconocer la dignidad de persona.”
  • “Sólo por el hecho de existir, cada hombre tiene que ser plenamente respetado.”
  • El documento expresa “el porqué del valor inviolable del hombre: él posee una vocación eterna y está llamado a compartir el amor trinitario del Dios vivo.”
  • En cuanto a la “investigación sobre los embriones humanos, del uso para fines terapéuticos de las células troncales (o células madre), y en otros campos de la medicina experimental” se afirma que “El fruto de la generación humana desde el primer momento de su existencia, es decir, desde la constitución del cigoto, exige el respeto incondicionado, que es moralmente debido al ser humano en su totalidad corporal y espiritual.”[9]

“Así como hace un siglo la clase obrera estaba oprimida en sus derechos fundamentales, y la Iglesia tomó su defensa con gran valentía, proclamando los derechos sacrosantos de la persona del trabajador, así ahora, cuando otra categoría de personas está oprimida en su derecho fundamental a la vida, la Iglesia siente el deber de dar voz, con la misma valentía, a quien no tiene voz. El suyo es el clamor evangélico en defensa de los pobres del mundo y de quienes son amenazados, despreciados y oprimidos en sus derechos humanos.”[10]

Conclusión

Hemos hecho un recorrido en un campo determinado de la bioética, que es la experimentación con el hombre. Por esta pequeña muestra de la totalidad de las cuestiones bioéticas nos damos cuenta que mucho está en juego. El ser humano ha aumentado su poder, pero no todo lo que está en su poder es éticamente admisible.
Manejamos seguramente casi toda la información que hemos mirado, todo esto nos es accesible gracias a la tecnología de la comunicación. Es como disponer de los ingredientes para preparar una comida. El desafío consiste en combinar, “meter sobre el fuego” y “cocinar” una síntesis que pueda orientar nuestra vida. 
Existen varias formas para comenzar a componer esa síntesis, menciono tres. En primer lugar podemos hacer la síntesis en lo que la Biblia llama el corazón humano; en el corazón se ubica también nuestra conciencia ética. La Virgen María “guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón” (Lc 2,19). Un segundo campo para hacer síntesis puede ser el arte. Cuando alguien escribe una novela, pinta un cuadro o compone una música hace visible aquella belleza que se hace sentir cuando estamos en harmonía con nuestra realidad. Veo importante también un tercer ámbito donde se transforma la multitud de informaciones y pensamientos en convicción y fuerza para el cambio: la comunidad, especialmente la comunidad de fe. La bioética no va a ser el resultado de negociaciones entre intereses y esfuerzos de limitar daños; va a surgir con fuerza sólo de grupos con estilo comunitario que la promueven con convicción.
Para terminar les recomiendo la lectura de la última encíclica del Papa Francisco, Laudato si`, Loado seas. Es mucho más que un documento sobre la ecología, es una gran síntesis y contiene una visión conjunta del hombre, del mundo y de Dios que nos puede orientar en los inmensos campos que nos abre la ciencia hoy.
Le dejo la última palabra al Papa Francisco quien escribe en Laudato si´:
“San Juan Pablo II recordó que el amor especialísimo que el Creador tiene por cada ser humano le confiere una dignidad infinita…  cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. …hoy el paradigma tecnocrático se ha vuelto tan dominante que es muy difícil prescindir de sus recursos, y más difícil todavía es utilizarlos sin ser dominados por su lógica… la libertad humana es capaz de limitar la técnica, orientarla y colocarla al servicio de otro tipo de progreso más sano, más humano, más social, más integral”.

Ciudad del Este, 24 de setiembre 2015

Mons. Guillermo Steckling, O.M.I.
Obispo de Ciudad del Este



[1] Gaudium et Spes (GS), 1
[2] GS, 5
[3] “…ante la actual evolución del mundo, son cada día más numerosos los que se plantean o los que acometen con nueva penetración las cuestiones más fundamentales: ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que, a pesar de tantos progresos hechos, subsisten todavía? ¿Qué valor tienen las victorias logradas a tan caro precio? ¿Qué puede dar el hombre a la sociedad? ¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal?” GS, 10
[4] Bioética y Experimentación Humana. Trabajo de Curso. by Daniel Castillo Hidalgo . Universidad de Costa Rica
[5] Ib.
[6] Javier Vega Gutiérrez LA EXPERIMENTACIÓN CON HUMANOS, en www.mercaba.org
[7] Javier Vega Gutiérrez LA EXPERIMENTACIÓN CON HUMANOS, en www.mercaba.org
[8] J. V. Gutiérrez, ib.
[9] A este propósito el Papa Francisco dice Laudato Si`: “136. Por otra parte, es preocupante que cuando algunos movimientos ecologistas defienden la integridad del ambiente, y con razón reclaman ciertos límites a la investigación científica, a veces no aplican estos mismos principios a la vida humana. Se suele justificar que se traspasen todos los limites cuando se experimenta con embriones humanos vivos. Se olvida que el valor inalienable de un ser humano va más allá del grado de su desarrollo. De ese modo, cuando la técnica desconoce los grandes principios éticos, termina considerando legítima cualquier práctica. Como vimos en este capítulo, la técnica separada de la ética difícilmente será capaz de autolimitar su poder.”
[10] Dignitatis Personae